martes, 1 de octubre de 2013
DISFRUTA CON TU PAREJA ....... MASAJE
¿Quieres recuperar el disfrute de tu cuerpo abriéndolo a la sensualidad de tus sentidos? Existen una serie de juegos corporales y experiencias sensitivas que se pueden compartir y permitirán conducir tu relación amorosa a una nueva dimensión.
Muchas personas se lamentan de que no encuentran pareja, o que no consiguen dar con la persona ideal. En realidad “no pueden verla” porque no se paran a ver y sentir al otro, estar con él, comunicarse, percibirlo. Es algo imposible cuando se está en la continua acción y movimiento, en ir de aquí para allá.
“La etapa de noviazgo es muy bonita porque cada uno está atento y presente en la relación, pero cuando comienza la convivencia suelen dejar de estarlo y la unión pierde su encanto, porque cada uno está planchando, recogiendo, ordenando, cocinando, lavando, realizando todo tipo de tareas”, señala la psicóloga Margarita García Marqués, experta en masaje y técnicas corporales.
La paradoja es que se está más tiempo con el otro, pero es tiempo de menor calidad, porque no se dedica a “estar y sentir”, afirma la experta.
“Afortunadamente, hay muchos juegos y técnicas para aprender a reconocerse y reconocer al otro, lo cual permite una comunicación más real, profunda y estable, auténtica”, señala la directora del centro HARA, de crecimiento personal y auto-conocimiento.
Masajes, caricias, soplidos, besos, pellizcos, susurros, frutas, gotitas de esencia, una pizca de chocolate, música sensual, un aire cálido, la luz de una vela.
"Se pueden experimentar y probar infinidad de estímulos sensitivos, lo cual es muy placentero y erógeno, y suele conducir a una relación sexual más completa", afirma García Marqués.
LAS MANOS TAMBIÉN “COMUNICAN”
Para comunicarse mejor no sólo con la propia pareja, sino también con alguna persona querida o cercana, hay que agarrar sus manos, tocarlas, observarlas, sentirlas, explorarlas a nivel superficial y más profundo. Investigarlas por completo: desde su piel y uñas, hasta sus huesos, músculos y articulaciones.
Deja sentir su tacto y observa lo que sientes: ¿su mano es suave, áspera, fuerte, vacilante, sincera, huidiza, cálida, húmeda, seca…? ¿Cómo reaccionas ante ese contacto?
“Este sencillo juego nos une mucho al otro y nos hace conocerlo mejor. Incluso nos permite descubrir aspectos insospechados, que antes no percibíamos de esa persona, como la sensibilidad de un amigo, el temor de un hijo o la cercanía o lejanía de nuestra pareja”, señala García Marqués.
Podemos observar y sentir nuestro propio cuerpo: cómo lo sentimos, en conjunto y por partes: torso, cabeza, extremidades; músculos, piel, huesos; ojos, cabellos, boca... ¿Qué zonas son más sensibles, duras, suaves, o “acorazadas”?. ¿Qué zonas nos hacen sentir bien y cuáles nos producen malestar?
Al explorar nuestro propio cuerpo, aprendemos a conocernos y a reconocernos a nosotros mismos.
Para la psicóloga, lo ideal es despertar los sentidos en conexión con otra persona: es más fácil, envolvente y grato. Afirma que el efecto de “despertador sensitivo” es aún mayor si compartimos la exploración y estimulación con otra persona: un amigo, un familiar o nuestra propia pareja.
Así, según comenta la experta, cada miembro de la pareja juega a despertar los sentidos del otro, investigar y aprender a conocer el cuerpo ajeno, sin hablar, sin lenguaje verbal, para “estar en lo que se está”.
Un interesante y estimulante “juego sensitivo" para dos personas que se aman y quieren mantener viva su relación, que propone la psicóloga, consiste en buscar durante una hora elementos que le estimulen los sentidos, y primero, probarlos en uno mismo para ver sus efectos.
Se trata de que cada persona busque y descubra su particular forma de estimular con cosas agradables: un guante de seda, un cubito de hielo, un pétalo, un cepillo o cualquier elemento que lleve a la sensualidad y permita jugar.
Después, hay que aplicar los estímulos elegidos al compañero de juego, quien se abrirá a la experiencia y dejará hacer y sentir. Así, su cuerpo quedará envuelto en la sensación y en el sentir.
"También es positivo jugar con los contrastes: tocar al otro con nuestras manos para que sienta su calor, después meterlas en agua y recorrer su cuerpo con nuestros dedos, ahora fríos. Otros contrastes que se pueden hacer sentir a la otra persona son suave/áspero, duro/blando, dulce/salado, sonido/silencio", comenta la experta.
“Hay que dar rienda a la creatividad. Incluso algunos contactos “que pinchan” como el erizo de una castaña puede ser grato y sorprender al otro si se desliza sobre su piel sin presionar”, señala Margarita garcía Marqués.
"Si aplicamos estos ejercicios regularmente al juego sexual, al despertar los sentidos descubriremos que todo nuestro cuerpo es erógeno y que esta en nuestras manos el poder aumentar mucho su capacidad de disfrute, placer y bienestestar¨. afirma.
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